La NASA envió con éxito a órbita a la misión no tripulada Artemis I hacia la Luna, después de haberlo intentado dos veces en este año y superar fallas de último momento.
Con un retraso de 40 minutos, el lanzamiento se llevó a cabo desde la base de Cabo Cañaveral, en Florida, y no estuvo exento de problemas técnicos que pusieron en vilo la operación por tercera vez en el año.
Uno de los problemas se debió a una fuga de hidrógeno líquido en una válvula que obligó a los ingenieros a interrumpir la operación mientras los técnicos resolvían el problema.
La NASA añadió una hora a la operación para tener en cuenta el llenado más lento, vital para reducir la presión en los conductos de combustible y mantener las juntas en su sitio.
Después, un sitio de rastreo de radares de la Fuerza Espacial dejó de funcionar debido a un interruptor de ethernet defectuoso, lo que provocó otra confusión.
Los relojes de la cuenta atrás de la NASA siguieron avanzando, y los funcionarios indicaron que los problemas retrasarían el lanzamiento.
Alrededor de 15 mil personas se dieron cita el Centro Espacial Kennedy para el lanzamiento. Al rededor de 20 mil personas más siguieron el despegue en la transmisión oficial de la NASA, en redes sociales.