El Departamento de Justicia de Estados Unidos abrió una investigación por los documentos secretados hallados en posesión del presidente Joe Biden, lo que recuerda al caso abierto contra el exmandatario Donald Trump por supuestamente ocultar material clasificado.
Horas después de que el equipo del demócrata reportara la existencia de un segundo paquete de archivos secretos, el fiscal Merrick Garland nombró a un abogado especial para armar un expediente y determinar “si alguna persona o entidad violó la ley” por los hechos descubiertos entre noviembre del año pasado y hasta ayer.
Detalló en una conferencia de prensa que la identificación de documentación en la residencia de Biden en Delaware y en una oficina en Washington de cuando fue vicepresidente en la gestión de Barack Obama amerita indagar a fondo el caso para determinar si se ocultó este material, al aseverar que se trata de “circunstancias extraordinarias” por ser de interés público, aunque el defensor del actual mandatario, Richard Sauber, indicó que se trató de un extravío “inadvertido”, pues presuntamente parte del material habría sido entregado poco después de que Biden dejó el cargo de número dos del país, en 2017, y el ahora líder de EU desconocía que tuviera los documentos en su poder y que fueron devueltos a los Archivos Nacionales del país.
Asimismo, Garland aclaró que el reporte del segundo hallazgo les fue notificado la mañana de ayer por el mismo equipo de Biden, tres días después de que se ventiló la existencia de un primer material localizado en noviembre pasado. Destaca que el encargado de dirigir la investigación es Robert Hur, un exfiscal designado por Trump en la gestión pasada, con lo que el fiscal pareciera exponer la imparcialidad e independencia del órgano a sólo cinco meses del polémico allanamiento en Mar-a-Lago donde el Departamento de Justicia y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) decomisaron cajas con archivos marcados con sellos de clasificado en poder de Trump.
Al respecto, Hur garantizó una investigación “sin favoritismos”, al ratificar que como fiscal especial es su obligación conducirse con apego a la ley, pero también con justicia e imparcialidad.
Posteriormente, el propio Biden dio su versión ante los periodistas en la Casa Blanca al detallar que fue su personal, tras una revisión exhaustiva que concluyó un día antes, el que encontró en su “biblioteca personal” los archivos de cuando fue vicepresidente.
Y agregó que tanto él como su equipo ratificaron su total cooperación, lo que pareció un golpe al rival republicano y quien busca de nuevo la candidatura presidencial, al demostrar que actuaron voluntariamente, mientras que su antecesor y sus abogados dieron las mismas declaraciones, pero ocultaron el material al asegurar que ya habían entregado, pero meses después las autoridades irrumpieron en la mansión de Trump y aseguraron hasta 300 páginas confidenciales que siguen bajo investigación.
En tanto, algunos republicanos aprovecharon la situación para exigir una investigación contra Biden y presionar al señalar que esto se sabía desde antes de las elecciones, pero se reveló recientemente, al acusar que se trata de diferente manera a un presidente que a un expresidente, horas antes de que Garland confirmara la indagatoria.
Incluso, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dejó entrever que Biden sabía de la existencia de esos archivos desde hace tiempo y prometió a unos días de asumir el liderazgo de la Cámara baja que se esclarecerá este caso; mientras que el líder del Comité Judicial del mismo recinto, Jim Jordan, cuestionó en una entrevista con Fox News la tardanza para hacer pública esta información.
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