El año transcurrido de guerra en Ucrania ha traído “un balance espeluznante” para los niños en el país, pues “no hay ningún aspecto de la vida de la infancia que no se haya visto directamente afectado”, según dijo este jueves Unicef en un comunicado emitido con ocasión del aniversario.
Unicef ilustra su información con cifras: 487 niños muertos y 954 heridos, casi 800 instalaciones sanitarias y unos 2 mil 300 colegios e institutos dañados o destruidos; 3.2 millones de niños necesitados de ayuda humanitaria dentro de Ucrania y 5.3 millones que han visto su educación interrumpida.
En el ámbito sanitario, 1.5 millones de niños sufren problemas de salud mental, además de que miles de desplazados y refugiados se quedaron sin vacunas vitales, como aquellas que los protegen contra la poliomielitis, el sarampión, la difteria y otras enfermedades potencialmente mortales.
En total, 7.8 millones de niños soportaron y siguen soportando “violencia, destrucción, muerte y mutilación, traumas sicológicos, pérdida o separación de familiares (y hasta) temperaturas gélidas” contra las que no pueden combatir.
Como en todas las guerras, la pobreza agravó en el país la situación de las familias y su poder adquisitivo, llevando a duplicar la tasa de pobreza infantil el pasado año (hasta el 82 %), con especial impacto en la población desplazada.
El organismo de la ONU de protección de la infancia lanzó este año un llamamiento para recaudar fondos por valor de 1.050 millones de dólares, necesarios para cubrir las necesidades inmediatas y a largo plazo de 9,4 millones de personas, de ellos casi la mitad (4 millones) niños.
Mientras la guerra continúa, Unicef estableció su propia lista de prioridades para proteger a la infancia: garantizar un acceso rápido y seguro a la ayuda humanitaria; poner fin a los ataques contra niños y las infraestructuras de las que dependen (hospitales e instalaciones de agua); evitar que las escuelas sean utilizadas para fines militares, y no usar artefactos explosivos en zonas pobladas.
Con información de EFE