El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó el desfile militar que conmemora 112 años de la Revolución Mexicana, en que enalteció la importancia de las Fuerzas Armadas, en un año marcado por el creciente poder de estas y la militarización de la seguridad pública.
En su discurso, el presidente mexicano defendió que las Fuerzas Armadas “son excepcionales” desde su creación, tras la Revolución de 1910, así como “pilares fundamentales del estado de Derecho democrático y social” en la actualidad.
En el acto, que se celebró en el Zócalo de la Ciudad de México, destacó que, en el movimiento que encabeza y que denomina la “cuarta transformación”, existe “una convivencia estrecha y fraterna entre el pueblo uniformado y el pueblo civil”.
Además, reconoció que, con nuevas reformas, aprobadas por el Congreso mexicano, las Fuerzas Armadas continuarán apoyando en labores de seguridad pública hasta 2028, mientras que la Guardia Nacional, que nació como una institución civil, se terminará de consolidar bajo la instrucción militar del Ejército mexicano.
“Estoy seguro de que seguiremos contando con Fuerzas Armadas para defender nuestra soberanía e integridad territorial, y al mismo tiempo, serán garantes de la seguridad pública como cuerpos de paz y de progreso”, celebró.
Durante el mandato de López Obrador las Fuerzas Armadas no solo han participado en tareas de seguridad pública, sino que también han sido artífices en la construcción de las megaobras que ha impulsado el presidente mexicano, como el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la refinería Olmeca, en Dos Bocas, en el sureño estado de Tabasco, entre otros.
El presidente mexicano también aprovechó para contrarrestar el discurso de organismos nacionales e internacionales, quienes han advertido de la militarización de la seguridad pública en México, pues destacó que es “más lo bueno de esta institución militar, que los errores o sus manchas”.
“Muchas de ellas (errores o manchas) no atribuibles a los mandos militares, sino a los gobiernos civiles que, en algunas ocasiones, las han utilizado indebidamente. Han utilizado a las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo”, abundó.
En este sentido, destacó la necesidad de contar con el apoyo del pueblo, pues aseguró que la Revolución dejó dos enseñanzas claves.
La primera, comentó, “es que las dictaduras o las oligarquías no garantizan la paz ni la tranquilidad social”.
Y la otra, agregó, es que “los gobiernos democráticos solo pueden tener éxito si atienden las demandas de las mayorías, y en consecuencia, consiguen a cambio, como recompensa, el apoyo del pueblo”.
Dijo que la Revolución mexicana ayuda a entender su movimiento de la “cuarta transformación”, pues aseguró que “si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, y en especial, por los pobres, ya nos habrían derrotado los conservadores”.
“O habríamos tenido que someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos en simples títeres, peleles, de quienes ya se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico-político en nuestro país”, siguió.
Desfile conmemorativo
Al inaugurar el desfile militar, el general Luis Crescencio Sandoval, titular del Ejército mexicano, destacó la celebración del nacionalismo, patriotismo e identidad nacional con “un desfile cívico militar conmemorativo al primer movimiento social del Siglo XX”.
Al inicio, el presidente López Obrador, recorrió la plancha del Zócalo e izó la bandera de México, acompañado de los titulares de las Secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar), Luis Crescencio y José Rafael Ojeda, respectivamente.
Enseguida sonó el himno nacional mexicano y todos los militares reunidos en el Zócalo de la capital mexicana, así como civiles, se llevaron la mano al pecho y entonaron sus estrofas.
Algunos militares, con vestimentas típicas tradicionales desfilaron por el centro capitalino, donde se les podía observar con sus carrilleras de balas cruzadas alrededor del pecho, sombreros y trajes tradicionales, algunos montados en caballos, mientras la banda de guerra hacía sonar las melodías típicas mexicanas.
También se dio representación a pueblos originarios como los yaquis, mixtecos, otomíes y totonacas.
Se dio paso a vehículos antiguos con automotores desde 1910 hasta 1920, así como un carro alusivo a los esfuerzos realizados durante la pandemia, y uno en reconocimiento de los binomios caninos que incluyó la estatua en memoria de la labrador canina Frida, emblema de los rescates tras los terremotos de septiembre de 2017.
Por último, desfiló la recién creada Guardia Nacional, una institución que nació con mando civil, pero que se ha impulsado bajo las instrucciones de las Fuerzas Armadas.
Al dar el recuento del desfile, el comandante de la columna del desfile, general de división diplomado de estado mayor Jaime González, informó que participaron 8 mil 111 integrantes de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Nacional, entre los cuales 2 mil 420 fueron mujeres.
Además, indicó la presencia de 14 banderas de guerra, 4 estandartes, 80 infantes, 180 civiles pertenecientes a pueblos originarios, 555 civiles, 155 charros, 142 vehículos y 3 mil 140 caballos.
Por último, volvió a sonar el himno nacional y se dictó el cierre del desfile.
Con información de EFE