En los últimos 14 años, México ha cambiado en términos de seguridad, algunos grupos criminales han surgido, otros han desaparecido, algunos se han aliado y otros se han enfrentado a muerte.
Durante esta semana, hemos hecho un recorrido por muchos de los estados del país para visualizar cómo han ido cambiando. Hoy hablaremos de Chiapas y Oaxaca, que hace más de una década contaban con una seguridad mucho mayor, incluyendo Chiapas, que es la entrada a México y con una frontera muy porosa. Veracruz lleva años con una problemática de seguridad importante, pero, por ejemplo, uno de los grupos más sanguinarios que operaron en el estado, Los Zetas, hoy prácticamente no existen.
Chiapas. Hoy, Chiapas tiene millones de migrantes, principalmente de Centro y Sudamérica, que ya no son manejados por polleros comunes ,como hace más de una década. Hoy, es el crimen organizado el que maneja a las personas que buscan llegar a Estados Unidos. Está también el tráfico de droga, que origina disputas entre grupos criminales y el desplazamiento forzado de indígenas que huyen de los delincuentes. Chiapas tiene constantes enfrentamientos entre los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG) y del Golfo, además de la Mara Salvatrucha y grupos locales, que en muchas ocasiones se hacen pasar por autodefensas, aunque en realidad trabajan para esos cárteles, con quienes trafican cocaína desde Sudamérica, para llevarla a este estado, Tabasco y Veracruz. De acuerdo con reportes de la Sedena, la entidad tiene seis rutas de droga por mar, a través de lanchas o semisumergibles que llegan a las costas chiapanecas, mientras que por aire la droga llega a través de avionetas que aterrizan en pistas clandestinas, algunas lo hacen hasta Guatemala y de ahí por tierra hasta llegar a territorio mexicano.
La entidad tiene una frontera porosa, donde no hay un control de la entrada de extranjeros, mismos que son captados por los cárteles para ser extorsionados, junto con sus familias, y en otros casos, obligados a engrosar sus filas, debido a que los utilizan para ser sicarios. En 2018 y 2019, con Todo Personal recorrimos esa línea divisoria que nos separa de Guatemala, en el municipio de Hidalgo, a donde llegó la primera caravana masiva de nicaragüenses, salvadoreños y hondureños que atravesaron miles de kilómetros en medio del intenso calor, la humedad y el hambre. Fuimos testigos de cómo acamparon en el centro de Tapachula por varias calles y ya no era una caravana sólo integrada por hombres: había mujeres, niños y adultos mayores. Claramente se veía quiénes eran los que manejaban a estas personas. En Chiapas hemos visto desplazados de comunidades enteras, tráilers de migrantes accidentados, decomisos de toneladas de droga, en particular fentanilo, mujeres asesinadas, y no hay respuesta de las autoridades.
Trasiego de drogas
Veracruz. Los que atraviesan Chiapas y se dirigen a Veracruz han encontrado un estado en donde se reportan ajustes de cuentas entre grupos criminales, como el ocurrido el 23 de enero pasado, cuando asesinaron a Fernando Pérez Vega, alias El Pino, y a su familia, incluidos dos menores de edad. Autoridades aseguraron que detrás de este multihomicidio estuvo el CJNG, el grupo que domina el estado, pero que también lo disputa con otros 12 grupos criminales.
En Veracruz operan: Sangre Nueva Zeta, Mando Sur Gente Nueva, CJNG, La Banda del Bucanas, Zetas Vieja Escuela, Los Piña, Cártel del Golfo, Cártel del Noreste, Los Zetas, Grupo Sombra, Los Ántrax, Cártel del Siglo y Cárteles Unidos, así lo revela la Plataforma de Proyección de Datos Abiertos (PPData) del Programa de Política de Drogas del CIDE.
La importancia de la entidad radica en que es el cruce natural hacia el norte del país del lado del Golfo, que conduce a Nuevo Laredo, Tamaulipas, una ciudad fronteriza utilizada para traficar droga hacia Estados Unidos. Mientras que los puertos de Coatzacoalcos y Tuxpan son usados para al tráfico de metanfetaminas hacia Europa. El otro negocio es el robo de combustible. Pero antes de la entrada del grupo de Nemesio Oseguera, El Mencho, hace 15 años, Los Zetas era el grupo que controlaba el estado, fueron años en los que se incrementó la violencia, los homicidios y las desapariones. Era el cártel mexicano más sanguinario, con prácticas como disolver cuerpos en ácido, tenía bajo su control municipios como Córdoba, Orizaba, Perote, San Andrés Tuxtla, Martínez de la Torre, Minatitlán, Acayucan, Alvarado y Coatzacoalcos. Además, su presencia se extendía a otros 29 estados. Debido a la violencia que generaban Los Zetas, en 2006 un grupo antagónico entró a Veracruz, eran Los Matazetas, una célula creada para mermar las operaciones del que hasta ese momento era el grupo con mayor poder.
Esto provocó un incremento de inseguridad en la entidad que, incluso hasta hoy, la coloca con las dos fosas clandestinas más grandes de América Latina. Para 2010, la disputa ya era entre el CJNG y Los Zetas, e hizo que Veracruz pasara de una tasa de 11.42 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes en 2011, a 18.15 para 2018, un alza del 58.9 por ciento.
Oaxaca. Durante años, Oaxaca estuvo libre de narcotráfico. Hay que entender que muchas de las leyes se manejaban por usos y costumbres, pero problemas con narcotraficantes casi no había. Hoy, la entidad alberga disputas entre grupos criminales donde operan tres cárteles, así como grupos locales. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del estado, Iván García Álvarez, detalló que los principales grupos son: CJNG, Guerreros Unidos y el Cártel de Sinaloa. El funcionario advirtió que el incremento en los niveles de violencia en el estado se debe a que hay un reacomodo al interior de estos cárteles, con lo que el 60% de los homicidios dolosos que se han cometido en las últimas semanas están vinculados con el crimen organizado.
El CJNG entra por la Cuenca del Papaloapan, en Veracruz; Guerreros Unidos se expande por Guerrero; mientras que por los Valles Centrales se encuentra el Cártel de Sinaloa. A estos grupos criminales hay que sumarle los que llegan desde Chiapas, y que son formados principalmente por migrantes, ya que los criminales aprovechan este flujo, principalmente venezolanos y quienes aplican la extorsión “gota a gota”.El Atlas de la Seguridad y la Defensa de México indica que, por lo menos desde 2020, hay 12 grupos criminales en Oaxaca que se dedican al narcotráfico, el tráfico de personas, robos, huachicoleo y homicidios.
Hace 13 años, este estado estaba dominado por Los Zetas, La Familia Michoacana, Cártel del Golfo, Cártel de Oaxaca y Los Pelones. El principal negocio de estos grupos era extorsionar a migrantes que usaban la entidad de paso, además, usaban los puertos en Huatulco, Puerto Escondido y Salina Cruz para recibir cargamentos de droga. Hoy, en Oaxaca, hay grupos de narcotráfico que hace muy poco no operaban en el estado.
La geografía del crimen organizado no se termina, sólo se transforma.