Medios internacionales reportaron que, según una búsqueda exhaustiva de documentos penales, los cuatro estadounidenses presuntamente secuestrados el pasado viernes 3 de marzo en Matamoros, Tamaulipas, cuentan con historial criminal previo de uso y distribución de drogas, así como, en algunos casos, violencia doméstica y posesión de armas.
De acuerdo con una investigación reportada por Daily Mail, entre otros diarios estadounidenses, Latavia McGee, Eric Williams, Zindell Brown y Shaeed Woordard —los últimos dos, fallecidos, presumiblemente a causa de la agresión— habían cumplido sentencias penales en su país acusados de manejo y distribución de diferentes tipos de narcóticos.
Es el caso de Shaeed Woodward, quien en 2017 cumplió una sentencia de 18 meses en prisión por “distribuir crack cerca de una escuela”. Previamente, en 2016, también había sido acusado de posesión de la misma droga con la presunta intención de distribuirla en un colegio, y, alrededor de la misma época, recibió cargos penales por cargar una pistola de calibre .22 de manera ilegal.
Por otro lado, Latavia Washington fue inculpada en 2016 por cinco cargos relacionados con maltrato a uno de sus hijos, toda vez que éste, en aquel año, dio positivo a consumo de diferentes drogas como anfetaminas, canabinoides y THC (componente activo de la marihuana).
Asimismo, Shaeed Woodard, uno de los estadounidenses que no sobrevivió al episodio, fue sentenciado a 100 días de cárcel en 2016 por posesión de drogas, particularmente marihuana, la cual presuntamente tenía la intención de distribuir. Un año antes había sido acusado de lo mismo, pero los cargos no prosperaron.
Con anterioridad, en 2008, había sido acusado de posesión de marihuana y, en 2009, de irrumpir en una tienda junto a un grupo de personas con la intención de robar pertenencias y ropa.
Finalmente, Zindell Brown, el otro estadounidense fallecido durante el presunto secuestro, fue acusado en 2019 de violencia doméstica, después de que atacó a una de las residentes de su hogar “amarrando un cable de teléfono alrededor de su cuello y asfixiándola con el mismo, impidiendo su respiración y flujo de aire, causando daños físicos duraderos”, según recupera el diario de los documentos oficiales.
Autoridades mexicanas y estadounidenses han informado que trabajan en conjunto para esclarecer los hechos del presunto secuestro y, hasta el momento, se ha informado que los dos estadounidenses quienes sobrevivieron a los hechos fueron regresados a su país para ser atendidos en un hospital de Texas.
Síguenos en Google News.
AM
