Los retos virales que se comparten en redes sociales no han disminuido sin importar las consecuencias, estas actividades siguen poniendo en riesgo la salud de los niños y adolescentes quienes son los que más se dejan llevar por este tipo de tendencias.
En este caso, las autoridades de seguridad de San Luis Potosí, han alertado a la población por un reto viral que ya ha levantado una decena de reportes en donde la salud de los jóvenes se ha visto comprometida, se trata del “one chip challenge”.
¿En qué consiste el one chip challenge?
De acuerdo al director general de tecnologías de seguridad pública de San Luis Potosí, Martín Serrano Gómez, este desafío consiste en grabarse mientras se consumen alimentos picantes; el desafío es resistir el mayor tiempo posible sin tomar agua; sin embargo los internautas que se atreven a cumplirlo graban todo, incluso cuando llegan al hospital, “de alguna manera es como viven el éxito”.
Por ello se ha exhortado a los padres de familia para estar pendiente sobre el tipo de contenido que consumen sus hijos en redes sociales; sobre todo para cerciorarse de que los menores de edad no repliquen
retos virales
que sin duda pueden poner en riesgo su integridad física y mental.
Sobre esta problemática, la gran mayoría de los internautas ha externado que es una responsabilidad única y exclusiva de los padres ya que a veces los niños agarran el celular de la mamá o el papá para pasar el rato, sin hacer consciencia de que lo que ven pueden o no ser peligroso; pero también están los jóvenes quienes simplemente no miden las consecuencias.
Alumnos de secundaria se intoxican por cumplir reto viral
Hace apenas un par de semanas también se viralizó el caso de nueves alumnos de secundaria, de entre 13 y 14 años, que se intoxicaron al tratar de cumplir un reto viral; los hechos ocurrieron en Torreón Coahuila.
Según se relata, los nueve
adolescentes
consumieron clonazepam en forma de pastilla, ya que el reto los incentivaba a ingerir el fármaco hasta quedarse dormidos.
Oportunamente una maestra se percató que sucedía algo extraño entre sus alumnos quienes presentaban dificultades para hablar y no hilaban completamente. Al cuestionar a los menores de edad confesaron que habían consumido el medicamento.
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dps