El año 2023 será definitorio para que los candidatos a las elecciones de 2024 en México hagan su carrera y, aunque son tres los nombres que suenan más fuertes y uno de ellos especialmente, todavía no está establecido oficialmente.
Será este año el año que veamos a (el presidente Andrés Manuel) López Obrador ya posicionarse a favor (de uno de los candidatos)”, dijo en entrevista con Efe Khemvirg Puente, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El próximo año será decisivo para que tomen fuerza y hagan campaña los conocidos como “corcholatas”, entre los que, por el momento, consideraron expertos, va liderando claramente Claudia Sheinbaum, actual jefa de Gobierno de Ciudad de México.
En los últimos meses se ha podido ver a Sheinbaum recorriendo varios estados del país y también acompañando a López Obrador en más eventos. “Claudia es la candidata, la consentida”, consideró en entrevista con EFE Hugo Garciamarín, profesor de la facultad de ciencias políticas de la UNAM.
Asimismo, Puente dijo que “la decisión ya está tomada a menos que haya algún error o alguna equivocación”.
Ambos expertos coincidieron en que las probabilidades de que Sheinbaum sea la candidata definitiva por el gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en las elecciones de 2024 para suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador son muy altas, pero el resto de “corcholatas” permanecen hasta el momento en primera fila de la política.
Garciamarín consideró que será hasta después de las elecciones del estado Coahuila y el Estado de México (el 4 de junio) cuando el presidente diga abiertamente con qué candidato se posiciona.
Sobre el actual presidente, consideraron que a pesar de la creciente presencia de los candidatos hasta las elecciones de 2024, López Obrador no perderá el protagonismo.
El presidente va a seguir teniendo un activismo y una presencia pública muy importante”, dijo Puente.
Además de Sheinbaum, el actual canciller mexicano, Marcelo Ebrard, también hace múltiples apariciones junto a López Obrador, pero Garciamarín consideró que es el “autoengañado”, ya que permanece, opinó, con la esperanza de que por algún motivo Sheinbaum no sea la elegida.
Por otra parte, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien no ha logrado mucho protagonismo mediático, parece no acercarse a la delantera, pero sí es muy cercano al presidente.
El secretario de Gobernación yo diría que es el apóstol del presidente (…) de hecho tiene un discurso cuasi-religioso”, añadió Garciamarín..
Por último, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta mexicana, se presenta como el más disruptivo, ya que en múltiples ocasiones se ha manifestado en contra de decisiones del presidente o del partido.
Por esto, Garcíamarín opinó que podría terminar siendo opositor, es decir, candidato a la presidencia de México por otro partido.
Ante las opciones y preferencias de los diferentes actores políticos y dentro del partido, Puente previó que habrá un “cisma” en el partido aunque, vaticinó, “públicamente van a decir que hay total armonía”.