El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseveró que fue un “fraude completo“, desde el punto de vista técnico y administrativo, la compra del Avión Presidencial TP-01 Boeing 787-8 “José María Morelos y Pavón”.
En la conferencia matutina de Palacio Nacional, López Obrador reclamó a sus antecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por la compra de dicha aeronave.
No dicen: ‘a ver Calderón, ¿por qué le compraste ese avión lujoso a Peña?’ Ya cuando Peña era presidente electo, ¿por qué lo hiciste? Por qué no te esperaste y si hacía falta un avión, que lo comparara Peña, que ya iba a llegar, por qué actuaste como gana gracia”, declaró.
Además, cómo mandas a hacer por avión especial tan lujoso, tan caro, desde luego, el presidente Peña debió decir: ‘se cancela ese contrato’, pero no lo hizo, se queda con el avión y ahora no hay quien lo compre porque además fue un fraude desde el punto de vista técnico y desde el punto de vista administrativo, un fraude completo”, subrayó.
El mandatario mexicano reclamó que sus opositores lo culpen por no vender el avión presidencial TP-01 Boeing 787-8, pese a que fue una de las promesas de su campaña presidencial.
Me echan la culpa ‘porque no lo vende’, ¿cómo lo voy a vender si no hay quién lo compre, o quisiera comprarlo pero ahora un precio de avalúo? Y yo no puedo vender un bien público a un precio menor al avalúo, ningún funcionario lo podría hacer, ningún servidor público”, refirió.
Aunque el avión presidencial TP-01 Boeing 787-8 lo adquirió el presidente Felipe Calderón (2006-2012) por un precio de 218.7 millones de dólares, la aeronave llegó a México en 2016 durante la presidencia de Enrique Peña Nieto.
López Obrador, quien incluso intentó rifar el avión en la Lotería Nacional en 2020, alegó que es “muy lujoso” y “muy extravagante”, por lo que su Gobierno no ha podido venderlo.
También afirmó que ha habido compradores interesados, pero que ofrecen menos de los 130 millones de dólares que vale el aparato, según una evaluación de las Naciones Unidas. Incluso lo han ofrecido a Gobiernos de otros países como el de Argentina.
El presidente de México, quien promueve un estilo de vida austero como filosofía política, ha reiterado que “el Gobierno no lo puede usar” y que los funcionarios públicos lo tienen prohibido.