Acabo de leer que ya somos ocho mil millones de personas en el planeta. A principios del siglo XX, en 1900 había mil seiscientos millones de personas en la tierra. En 1960 éramos tres mil millones. A mediados de 1999 había más de seis mil millones de seres humanos. Hoy superamos los ocho mil. Y ¿ahora a dónde vamos? ¿Cómo vamos a hacer para dar de comer a tantos miles de millones de personas? Porque cada ser humano tiene una historia que contar igual de importante que el resto. Hay más de ocho mil millones de historias y cada una es relevante. El problema es de dónde vamos a sacar tal cantidad de recursos naturales para poder hacer que ocho mil millones de personas puedan continuar viviendo.
Vaya por delante que estamos acabando con el planeta, que lo estamos esquilmando a pasos agigantados y que poco podemos hacer para detener esta falta de sentido, esta falta de sentido común.
Gracias a nosotros la temperatura de la Tierra aumentará de manera irremediable. De seguir así va a ser muy fácil poder llegar a un callejón sin salida a pesar de que nos esforcemos en reciclar y en consumir con moderación. No me extrañaría que, de seguir así, el ser humano pudiera terminar por extinguirse. Y no creo que sea ciencia ficción. Hay pocas cosas ya que sean ciencia ficción. No lo es que pueda existir un desastre nuclear, ni tampoco que el hombre pueda ser centenario. Ya no es un sueño que casi todas las enfermedades puedan tener cura. Tampoco es de extrañar que el hombre, con sus actos pueda hacer que se extinga.
Hemos sido unos necios desde el principio no hemos aprendido ninguna lección. Cuando el planeta se cerró por la pandemia hubo señales suficientes como para advertir que necesitamos un cambio y que éste tenía que ser completo, sin volver a la involución. Parecía que íbamos a cambiar, sin embargo se trató de una ilusión. No sólo no cambiamos las cosas sino que, tras la pandemia todo fue a peor.
Ese depredador que es el ser humano es pernicioso, sumamente pernicioso. Ahora tiene un gran reto, hacer que ocho mil millones de personas puedan sobrevivir en un planeta sumamente superpoblado. Pero a lo pernicioso del ser humano se le une la maldad. ¿qué van a hacer? ¿Se van a inventar más guerras? ¿Buscarán, ahora sí, una vacuna capaz de cercenar al ser humano? La historia lo dirá si es que tampoco es aniquilada.
@pelaez_alberto