La Secretaría de Salud federal desembolsó, en 2022, 78 millones de pesos para darle una manita de gato a la nueva sede de la Secretaría de Salud en Guerrero, donde despacha Jorge Alcocer Varela, tras la descentralización de dependencias ordenada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se trata de un edificio, ubicado en la costera Miguel Alemán, en Acapulco, el cual fue cedido a la Federación en comodato por el Gobierno de Guerrero.
A la sede de Salud en Guerrero se le realizaron tareas de mantenimiento en su infraestructura, instalaciones sanitarias, eléctricas y a los sistemas de seguridad.
Martha Patricia Mora, directora de Desarrollo de la Infraestructura Física, y Eduardo González García, de la compañía Ingeniería Parkway, fueron los representantes de la firma del contrato el año pasado.
La Secretaría de Salud justifica que el “Plan Nacional de Desarrollo tiene como finalidad establecer los objetivos nacionales, las estrategias y prioridades de tal forma que esta tenga un rumbo y una dirección clara.
Representa el compromiso que el Gobierno federal establece con los ciudadanos y que permitirá la rendición de cuentas que es la condición indispensable para un buen gobierno”.
Uno de los primeros 100 compromisos del presidente López Obrador fue mudar las diversas secretarías federales a diversas partes del país, en el caso de Salud se eligió a Guerrero, cuyo traslado de funcionarios comenzó en 2022.
Sin embargo, el ordenamiento presidencial ya causó una erogación de 78 millones de pesos en el edificio que prestó el Gobierno de Guerrero, al que se le tuvieron que hacer intervenciones en sus acabados, herrerías, cancelerías, aires acondicionados y a los sistemas de detección de incendios, entre otros.
El contrato con Ingeniería Park Way señala que los trabajos se realizaron entre mayo y junio del año pasado, para la “conservación y mantenimiento de oficinas de la nueva sede de la Secretaría de Salud, ubicada en Avenida Costera Miguel Alemán 275 y 276.
Es decir, que la intervención del edificio se comenzó previo a la mudanza de funcionarios, la cual inició en octubre pasado solo en cuanto a las oficinas centrales, pues los órganos que integran a la Secretaría de Salud siguen con sus labores desde la Ciudad de México.
Respecto al inmueble, la planeación data de 2005, durante la administración de Zeferino Torreblanca, cuando se proyectó que podría albergar la mayoría de oficinas estatales y funcionar como un complejo administrativo.
El edificio es autosustentable, con recicladores hídricos, paneles solares y tecnología antisismos, en cuya construcción se invirtieron más de mil millones de pesos.
Durante la pasada administración de Héctor Astudillo, el inmueble se entregó en comodato a la Secretaría de Salud, la cual comenzó la mudanza el año pasado y se espera que desde esa sede trabajen más de dos mil funcionarios.
Al gasto por la manita de gato a la sede de Salud en Guerrero también se sumaría lo erogado en fletes para el cambio de la Ciudad de México a esa entidad, así como otros gastos administrativos.
En junio del año pasado, el presidente López Obrador admitió que la descentralización de oficinas públicas era el único compromiso, de sus primeros 100, que todavía no se había cumplido.
A su vez, el gasto de 78 millones en mantenimiento para la sede desde donde despecha el titular de Salud, Jorge Alcocer, se dio en 2022, año en el que siguió el desabasto de medicamentos en el país.
Al respecto, el colectivo Cero Desabasto señala que en 2019 no se surtieron cinco millones de recetas; en 2020, 15 millones; en 2021, 22 millones, y la cifra más actualizada de 2022 era de nueve millones de recetas.
El Gobierno federal comenzó el sexenio con una estrategia de compras consolidada de medicinas, en la cual la Secretaría de Hacienda se encargó de las adquisiciones de todas las dependencias de Salud.
LEG
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